El aire acondicionado ha sido diseñado para enfriar el aire que hay dentro de la cabina de un vehículo. Crea un confortable microclima en climas cálidos y contribuye a reducir la humedad excesiva. Está formado por un compresor, un evaporador, un condensador, un ventilador, un filtro deshidratador y un circuito cerrado de tuberías por el cual circula el refrigerante, además de varios sensores.
Características distintivas de los diferentes tipos de aire acondicionado
Los aires acondicionados utilizados en automoción varían en cuanto al rendimiento y el diseño de algunos de sus componentes. Según el tipo de control, pueden clasificarse en manuales y automáticos. En el primero de los casos, el conductor ajusta la temperatura en el habitáculo por medio de unos reguladores. En el último caso, será suficiente con establecer la temperatura que se desea y el sistema la mantendrá automáticamente.
Los aires acondicionados manuales se caracterizan por la simplicidad de su diseño y por su precio económico. Los sistemas automáticos, también conocidos como climatizadores, son más caros pero muy cómodos de usar y ofrecen una serie de opciones adicionales. Por ejemplo, en vehículos caros que van equipados con climatizador de cuatro zonas, es posible ajustar la temperatura de forma individual para el conductor y para cada uno de los pasajeros.
Utilización y sustitución: lo que es necesario saber
- Una vez al año, preferiblemente antes de que comience la temporada de calor, debe comprobarse el nivel de refrigerante en el sistema de aire acondicionado y rellenarlo si fuera necesario. Debido a la estructura porosa de las mangueras, la cantidad de refrigerante se va reduciendo continuamente. En caso de que falte, el rendimiento del sistema disminuye considerablemente y este sufre un desgaste acelerado. Tenga en cuenta que sólo debe recargar el refrigerante en talleres especializados que utilicen equipo profesional.
- Durante el invierno, encienda el sistema de vez en cuando y déjelo funcionar durante unos 15 minutos. De esta forma, se lubrica y se protege el compresor de la corrosión y se previene que las mangueras se sequen y se agrieten. Por lo general, las averías del compresor suelen ser difíciles de detectar. Al principio, se suelen manifestar como un rendimiento reducido del aire acondicionado: el aire no se enfría lo suficiente. Después, el compresor deja de funcionar por completo.
- Mantenga siempre limpio el compartimento del motor. La suciedad acumulada en las superficies del condensador impide que éste funcione correctamente. El compresor es un componente que se encuentra expuesto a altas cargas. La eficiencia del proceso de enfriamiento se ve reducida.
- Examine periódicamente la correa de transmisión y las poleas. Si fuera necesario, ajuste la tensión de la correa. De otra manera, el rodamiento del compresor puede romperse antes de tiempo. Su avería suele venir indicada porque se escuchan unos ruidos raros al arrancar el motor.
- No olvide limpiar los conductos de aire y del evaporador. Esto le ayudará a eliminar microorganismos nocivos que se van acumulando en sus superficies. Para este propósito se utilizan limpiadores de espuma especiales, vapores desodorizantes (bombas del aire acondicionado) y nebulizadores se utilizan para esto. Los malos olores en el interior de la cabina son indicadores de que ha de llevarse a cabo este procedimiento.
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